viernes, 10 de agosto de 2007

Angeles Caidos!

Transitan en la cuidad como tu y como yo! viven aquí talvez desde antes que tu y yo pudiéramos recordar, seguro te has montado en el carro al lado de uno de ellos, no son fáciles de identificar, son tan auténticos y tan distintos, casi nunca sonríen a no ser una sonrisa tenue, discreta y un tanto parecida a una mueca. En algunos casos su belleza puede pasar desapercibida y en otros esa misma belleza puede delatarlos. En las noches observan la luna con cierto aire de melancolía y en los días de lluvia suelen caminar por las calles sin temor a mojarse, darían lo que fueran por poder sentir en sus rotos la calida sensación de dicho fenómeno atmosférico, para ellos esta prohibido sentir.

Tienen cuerpo de hombre y alma de mujer o cuerpo de mujer y alma de hombre, no tienen sexo que los encasille en ningún renglón o parámetro establecido socialmente. Consuelan a sus protegidos a través de canciones. En caso de estos Ángeles Caídos que sientan alguna melancolía, solo a través de ellos (sus protegidos) pueden observar las lagrimas; independientemente de que tengan o no las alas para ellos volar no es recomendable ya que nosotros podemos verlos, por esto es preferible imaginar que vuelan de cuando en ves y de ves en cuando.

Cada días grises tiene un toque especial por que sienten que el cielo los extraña y llora su ausencia. Andan con cuidado pues temen que la lluvia muestre lo sensible de su ser, de cada fibra de su cuerpo mortal y se vean expuestos al ser descubierto en este absurdo mundo vulgar; no comprenden porque anhelamos tanto poder salir de nuestra atmósfera cuando aun no hemos aprendido a convivir con nosotros mismos. Nos observan, nos consuelan y al mismo tiempo cuestionan el hecho de que nos pasamos toda la vida buscamos sentir unos labios sinceros y auténticos, los cuales algún día, en un momento determinado, nos harán llorar y hasta cierto punto nos lastimaran.

Betho

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