viernes, 10 de agosto de 2007

Aun dentro de la nevera (to Matilde)


“De niños pensábamos que el mundo era solamente una burbuja de jabón!”

Crecimos con nuestros sueños y la vida se encargo de llevarnos por rumbos distintos y entre cada abrazo y entre cada sonrisa nos damos cuenta de que en esencia seguimos siendo los mismos pero con empaques distintos. Aun puedo recordar las veces en que cada mañana transcurría en un subir y bajar, sentarnos, contemplar y llegada la noche volver a subir y luego irnos a dormir; soñar con viajar y salir de la monotonía que nos arropaba. Había que darle un matiz distinto a nuestras vidas, esas que estaban tan aburridas y carentes de color, trabajar eso si, para salir adelante por ti, por mi, por los nuestros.

Cada día transcurrido temíamos el implacable paso del tiempo e intentábamos ser indiferentes. Teníamos nuestros secretos, algunos compartidos otros no, algunos en conjunto. Anhelábamos salir y comernos el mundo! borrar las cicatrices de los días infelices, los besos que con el tiempo nunca fueron reales, los sueños que se quedaron en la nevera del olvido y que al final de los días pasaron a ser un enorme témpano, si supieras que aun sueño con sacarlos de esa enorme nevera y llevarlos a la realidad. Cuando pensábamos que todo andaba sobre ruedas llego él, alborotando tu mundo y alejándote de mi lado. Seguías siendo la misma pero tus prioridades cambiaron, comenzaste a darle importancia al tiempo y el te arropo desviándote de tu camino, mostrándote uno que por el momento no veías, así decidiste casarte y con la boda llegaron mis sobrinos. Tus sueños tomaron forma durante nueve meses trayendo consigo a Erick. Cumpliste tu promesa de llamarlo así, al elegir el nombre que juntos pensábamos; luego llego Enmanuel y tu sonrisa se torno un tanto mas amplia.

Cuando notaste que ya no era el mismo los ojos te brillaron y nuestros rumbos comenzaron a ser distintos cada ves mas, así me vi en la necesidad de contarte mis secretos, solo te limitaste a mirarme con ojos llenos de lluvia y darme un abrazo tan fuerte que no me dejabas respirar. En ese instante te volví a sentir tan tu, tan yo, tan nosotros y entendiste tantas cosas! Escuchaste, escuchas tantas veces como te fue posible. Me miras y te miro y volvemos a ser los mismos que se prometieron realizar tantas cosas y que las mayorías dejamos atrás, no sin dejar de ser nosotros mismos.

El tiempo a seguido su largo y arduo transitar, nuestros sueños aun siguen estando dentro de esa enorme nevera pero ahora tienes otras prioridades que te quitan el sueño, ver crecer a Erick y a Enmanuel y cuidar a los “Mellos” que ahora nos hacen sentir tan viejos, perdón tan adultos.


Betho

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